SI ME DAS DE BEBER, AMIGO MÍO...

Si me das de beber, amigo mío, beberemos juntos. Hay una hora en la que las tinieblas del bar se adelgazan y la atmósfera se vuelve densa por el vaho de tabaco y marihuana. En la que la cerveza corre como si no hubiera un mañana y deja un rastro de espuma en los bigotes de los muchachos que se abrazan y brindan para festejar la amistad. Traeme otra, Turco. En él último trago nos vamos. Señor cantinero, traiga otra botella que el último trago lo brindo por ella. Esa hora es la hora de los secretos revelados. Echaste el taco de pool sobre el tapete verde. “No juego más a esta mierda, no sé qué mierda hiciste para ganar todos los tiros”. Inútil explicarte que el alcohol licuó todos tus reflejos y convirtió en imposible la tarea de golpear la bola con un taco de madera. Prefiero sonreír con condescendencia y prometerte la revancha otra noche. Ahora nos tenemos que ir. Es inútil con que insistas en seguir la juerga en otro lado, a esta altura no nos van a dejar entrar en ningú...