CASI UN TANGO ("LA VIOLETA" DESPUÉS DE UN SIGLO)
En la barra nostálgica y triste
de un patético bar de suburbio,
el bolita Hilarión Santos Quispe
meditaba en su emigración.
Y en la birra barata que ahoga
el recuerdo del cielo orureño
le parece que tensa la soga
que amarró su perdida ilusión...
“Se va, en ese tren se va,
se va en ese tren mi amor”
Se dibuja en su mente el conjuro
que cantara pulsando el charango
en las noches heladas de Oruro;
lo recuerda y parece ayer.
La saya que cantó de memoria,
el camión que lo trajo escondido
de La Paz hasta el Puente La Noria
de su puesto en la feria al taller.
Y por eso se fuerza al olvido
la nostalgia muy bien no aconseja
al patrón no le gusta la queja
y su vida es coser y coser.
Pero hay veces que no se la aguanta
y ante el ronco gruñir de la juki
le parece escuchar que alguien canta
la traviesa diablada de ayer.
“Se va en ese tren se va
se va en ese tren mi amor”
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